por Armando Gamboa
No es una exageración: Andrés Gustavo Ricci, el hombre que asesinó a Luz Mery Tristán, tiene un canal de YouTube desde la cárcel. Sí, un feminicida condenado a más de 40 años, está grabando y publicando videos como si fuera un influencer.
¿Y el INPEC? Bien, gracias.
Esto no es solo negligencia. Es revictimización. Es una bofetada para toda la familia de Luz Mery, para su hija, su hermana y para todas las mujeres que han sido víctimas de violencia.
¿Entonces en Colombia se puede asesinar a una mujer y luego tener tribuna?. Mientras se consiguen seguidores, likes, visibilidad, la familia de Luz Mery vive con miedo, con rabia y con impotencia.
Esto no es libertad de expresión. Es una vergüenza. Es un insulto. La justicia en Colombia no deja de sorprender.