1 de junio de 2025

Gamboa News

Murió un líder que cambió el tono de la Igles

Francisco no fue un Papa perfecto, fue uno real

22/04/2025 | El fallecimiento del Papa Francisco marca el fin de un pontificado distinto: cercano, humano, incómodo para el poder y esperanzador para los excluidos. No transformó las estructuras, pero sí el lenguaje y las prioridades. En tiempos de crisis global, su voz fue la de un líder que eligió caminar con los últimos.


por Armando Gamboa


Se murió Francisco. Ya sabíamos que en cualquier momento iba a suceder.

Fue un Papa distinto y no por el cargo, sino por quien realmente era él. Desde el primer día marcó distancia: no quiso tronos, ni capas bordadas, ni privilegios. Quiso cercanía, habló de misericordia cuando otros hablaban de castigo, escuchó a quienes por años fueron señalados: divorciados, migrantes, comunidad LGTBI, mujeres, pobres. No cambió las reglas del juego pero sí el tono, y eso, en la Iglesia Católica ya es decir bastante. 

A los poderosos les habló sin rodeos, les recordó que la vida vale más que el capital, que el planeta no es propiedad privada y que los olvidados también son hijos de Dios. No buscó likes, ni titulares, solo habló como un abuelo sabio que ya no le temía a incomodar.

Se metió en cárceles, hospitales, campos de refugiados, lloró con las víctimas de abuso y hasta pidió perdón por culpas que no eran suyas sino de una iglesia rota. Obviamente no fue perfecto, nunca quiso serlo, era humano, real.

He visto pasar a tres papas: Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco. Pero fue con este último, ya más maduro y en medio de la vida laboral, que presté verdadera atención a lo que significa ser líder espiritual en tiempos difíciles. Jorge Mario Bergoglio  no solo cumplió una función: dejó un legado. Ojalá no llegue ahora un pontífice que, con ideas antiguas o intereses políticos, cierre las puertas que él abrió con tanto esfuerzo.

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