17 de julio de 2025

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¿Por qué están desapareciendo las torcazas del paisaje de Cali?

15/07/2025 | Aves rapaces como halcones y gavilanes han desplazado a especies como las torcazas en la ciudad. La transformación del entorno urbano y las acciones humanas también han contribuido a esta desaparición.


por Williams Villa


Ver torcazas hasta hace algunos años era bastante común. Solían estar posadas en cables, caminando entre árboles bajos, tomando agua del rocío o alzando vuelo por cualquier perro que pasaba a molestarlas. La Zenaida Auriculata, mejor conocida como torcaza, es una de las especies de aves más asociadas en zonas urbanas de Cali y toda América Latina. Sin embargo, su presencia ha disminuido notablemente los últimos años de una manera silenciosa.

Según expertos locales, la desaparición progresiva de aves como la torcaza no es un fenómeno menor. Al contrario, es una alerta sobre la forma en que la ciudad se relaciona con su entorno natural. La transformación del ecosistema urbano no solo afecta la biodiversidad, sino que habla de un desequilibrio profundo: Cali ha modificado tanto su paisaje y sus ritmos, que muchas especies pequeñas ya no pueden adaptarse, y otras se aprovechan de ello.

“De niño y joven, no veía aves rapaces dentro de la ciudad, y hoy puedes ver halcones, puedes ver aguiluchos, puedes ver gavilanes todo el tiempo. Estas han sido atraídas porque Cali se volvió un lugar en donde había pájaros pequeños que no tenían depredadores, como las Torcacitas… Hoy en día ellas están de retirada, cada vez hay menos torcazas, porque las aves rapaces se han manifestado más que nunca, y eso está ocurriendo con muchas especies: unas entran y otras salen por el impacto de la ciudad.

Explica Enrique Caporali, historiador y director del Centro de Investigación en Economía y Sociedad de la Universidad ICESI. 

Lo que tenemos que hacer es entender cómo puede funcionar la ciudad, cuál es ese impacto que tiene 'la ciudad'. Y así como está ocurriendo con la fauna, pues hay que pensar en los ríos, las aves y la naturaleza en general.”

 

Un informe del DAGMA confirma que especies silvestres están siendo desplazadas debido a la fragmentación del hábitat, la tala y la urbanización acelerada, incluso en zonas protegidas o cercanas a los Farallones. Un claro ejemplo es la construcción de centros comerciales, que de la noche a la mañana, destruyen el hábitat de muchas especies. Los árboles, arbustos y la flora en general, es el hogar de muchos animales que por interereses humanos, son desplazados a la fuerza.

Por ello, el desequilibrio no solo se nota en lo que nos falta, también en lo que aparece. En los últimos años, Cali ha sido testigo de una creciente presencia de aves rapaces como la pigua cabeciamarilla (Milvago chimachima), gavilanes, búhos, águilas pescadoras, halcones y entre muchas otras. En una publicación adscrita a la Alcaldía de Cali, Juan Moreno, director del Hogar de Paso del Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente (DAGMA), dijo que la fauna silvestre que se queda sin su hábitat está obligada a emigrar a la ciudad y es allí donde llega a competir por nuevos territorios. Ellos, cazadores y rapaces por naturaleza, se alimentan de palomas, torcazas, lagartijas, bichofués y otros antiguos pobladores de la Sultana del Valle, que tienden a desaparecer por ser los últimos de la cadena alimenticia y bocado preferido de los recién llegados. Sin embargo, las aves rapaces ofrecen ventajas ecológicas importantes al controlar poblaciones de plagas y mantener el equilibrio del ecosistema. 

 

Pero incluso, estas aves tampoco están a salvo. El caso más reciente fue el 3 de julio del 2025: veintiún aves rapaces aparecieron intoxicadas en el barrio Los Cámbulos; catorce de ellas murieron y las demás fueron atendidas por veterinarios en estado grave por envenenamiento. El subdirector de Calidad Ambiental del DAGMA, Diego Benavides, confirmó que la sustancia fue suministrada de forma deliberada y que se trató de un acto de crueldad animal que atenta contra la fauna silvestre.

Las torcazas y demás especies no tienden a desaparecer porque sí. Lo hacen porque ‘la ciudad de los siete ríos’ que está en constante expansión, las está expulsando.

Algunos factores clave en este fenómeno de desplazamiento son:

  • La tala de árboles urbanos y suburbanos para construcción masiva.
  • La construcción en zonas antes verdes (como Pance, Cristo Rey, Meléndez).
  • El uso de pesticidas domésticos que envenenan la cadena alimentaria.
  • La falta de vegetación nativa y espacios de refugio.
  • La presencia descontrolada de depredadores, también desplazados en muchos casos.

 

Pero, más allá de los datos o las especies afectadas, la ausencia de torcazas se siente en memoria de algunos caleños. Como la de David Vergara, vecino del barrio Los Andes, que recuerda esta ave como una parte marcada de su infancia:

“Cuando yo era chiquito, las torcazas eran un animal muy común en toda la ciudad, siempre han sido representativas de lo que viene siendo Cali… Me acuerdo que muchas veces escuchaba a mi abuela decir ‘hay un nido de torcazas por ahí’, o a mi tía diciendo ‘ay, una torcaza se cayó del árbol’… siempre ha sido un ave que tenía muy presente. Una vez una torcaza se cayó del árbol y un gato llegó a cazarla pero alcancé a salvarla, fue mi primera mascota… y creo que eso era bastante común, ¿no? salvar torcacitas, pues había muchas. Yo he visto que la cantidad de torcazas que hay en Cali ahora ya es muy poca… antes salían niños por todos lados, se escuchaba la gente decir ‘cuidado con las torcazas’ pero ahora ya no.

 

 Además, afirmó que es una palabra que poco a poco va desapareciendo del lenguaje cotidiano.

“Cuando me preguntaste sobre las torcazas, me hizo un poco de ruido. Dude por un momento si era el ave que tenía en mente, porque es una palabra que no usaba desde hace muchísimo tiempo.”

 

Todo esto, dice muchas cosas de Cali como sociedad. En las mañanas caleñas, ya no se escucha con la misma frecuencia el arrullo característico de aves como las torcazas, ese canto suave que durante la pandemia, en medio del silencio del confinamiento, se hacía especialmente notorio. La presencia de estas aves, junto con la de muchas otras especies urbanas, ha disminuido progresivamente y aunque este cambio ha pasado desapercibido para algunos, especialistas y observadores de fauna urbana advierten que podría estar relacionado con transformaciones profundas en el ecosistema local, la reducción de zonas verdes, el aumento del ruido urbano y la pérdida de hábitat. Estos son factores que han alterado la composición de no solos las aves, sino de toda fauna en la ciudad. El caso de las torcazas es apenas uno entre varios indicios que reflejan cómo la contaminación del entorno natural y la destrucción de sus hogares afecta directamente a la vida en Cali.

 

¿Qué podemos hacer para preservar las aves?

La desaparición de aves como las torcazas no es inevitable, aún estamos a tiempo de recuperar y salvar muchas especies. AQUÍ HAY NOTICIA, se puso en la tarea de investigar algunas de las maneras más faciles para aportar en esta causa de manera individual.

 Según la Asociación Calidris, que desde hace más de 30 años se dedica a la investigación, educación y conservación de las aves y sus hábitats, cada persona puede contribuir a la conservación de las aves desde su propio espacio de vida. No se necesitan grandes gestos ni títulos académicos, basta con tomar decisiones conscientes todos los días.

 Algunas de las acciones más importantes que podemos hacer son:

  • Sembrar plantas nativas en jardines, balcones o parques cercanos. Estas especies ofrecen refugio y alimento natural para muchas aves urbanas.
  • Evitar el uso de pesticidas caseros o plaguicidas industriales, que contaminan el entorno y envenenan la cadena alimenticia.
  • Reducir, reutilizar y reciclar plástico. Muchas aves confunden el plástico con alimento o lo encuentran en sus nidos, con consecuencias fatales.
  • No dejar basura ni restos de comida en espacios verdes. Además de dañar el hábitat, atrae animales oportunistas que pueden alterar el equilibrio natural.
  • Hacer visibles las ventanas con cintas o cordeles para evitar que las aves choquen con los vidrios, una causa común de muerte en zonas urbanas.
  • Denunciar cualquier forma de maltrato o envenenamiento de aves ante las autoridades ambientales.
  • Informarse y educar a otros. Compartir lo aprendido con la familia, los vecinos o el mundo puede ser un primer paso para crear conciencia.

 

“Cada acto de tu vida puede afectar positiva o negativamente a las aves”, señala el equipo de Calidris. “Comienza desde lo simple, desde tu hogar, desde ti mismo”.


Aquí adjuntamos la cartilla completa elaborada por La Asociación Calidris: https://calidris.org.co/2018/11/15/como-contribuir-conservacion-aves/

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